lunes, 7 de agosto de 2017

El que tenga TIENDA que la ATIENDA

Me gusta hablar de nosotros los chapines que somos chispudos, chambeadores, chulos (con todo el respeto del caso) pero acabo de vivir una experiencia que me hizo reflexionar.

Llevo ya 15 años en el maravilloso mundo de la ventas lo cual hace que al adquirir un servicio los estándares se elevan y uno quisiera que lo atendieran como uno atiende a los clientes.

La historia es así, hace unos días llovió torrencialmente con granizo y por la casa de mi madre, que tiene un camino de terracería enfrente, se dejó ír una avalancha de agua, lodo y hielo que levantó el portón dejando un gran boquete.

No era muy tarde, 16:00hrs. Y fue entre semana por lo que decidí dirigirme hacia su casa y aproveché el buscar un herrero que pudiera auxiliar para que no pasara la noche en ese estado el portón.

Cuál sería mi sorpresa que, como dirían los vendedores en los buses, no fue uno, ni dos, ni tres, fueron cuatro los herreros que decidieron no haceptar el trabajo. 

¿Las excusas? Uno que no tenía carro y al ofrecerle que yo llevaba su equipo dijo que no, que pesaba mucho, otro que contacte por teléfono que le quedaba muy lejos y en ese momento no podía, que mejor al día siguiente...tal vez!

Se podría creer que eran los empleados, pero no, eran los dueños, es más en las otras dos herrerías me atendieron muy amablemente los trabajadores, pero al solicitar si podía ír a reparar el portón me decían que tenían que hablar con el dueño, al cual llamaba y era el el que decía que no. Ya me fuí, o en otro caso ya ni el teléfono contesto.

Los que trabajamos y vivimos de las ventas cuando nos llega la oportunidad a la puerta del negocio no la dejamos ir, no la tenemos que dejar ir.  Será que las personas están acomodadas y con lo que ganan es suficiente para vivir? Escuchamos también a otros que se quejan que no hay ventas, que la calle está difícil, pero aún así dejamos pasar las oportunidades que están frente a nosotros.

No tenemos que dejar que nos gane la dejadez, aburrimiento o la comodidad, siempre hay una nueva oportunidad, un nuevo negocio o una nueva venta, solo tenemos que estar al pendiente y no descuidar el changarro, como decimos en Guatemala.


Por eso como dice el dicho: 
"El que tenga tienda que la ATIENDA"



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